Cuando entra en juego la posesión de los bienes
terrenales es difícil que los hombres razonen con
justicia.
Nada es más nocivo para la creatividad que el
furor de la inspiración.
El gran peligro de la globalización es que nos
empuja a una megalengua común.
La televisión se nos aparece como algo semejante
a la energía nuclear. Ambas sólo pueden canalizarse
a base de claras decisiones culturales y morales.
Hoy no salir en televisión es un signo de
elegancia.
La superstición trae mala suerte.
Yo siempre me pongo a dieta, igual que todas las
semanas dejo de fumar.
El fin del terrorismo no es solamente matar
ciegamente, sino lanzar un mensaje para
desestabilizar al enemigo.
La civilización democrática se salvara
únicamente si hace del lenguaje de la imagen una
provocación a la reflexión critica, y no una
invitación a la hipnosis.