Frases célebres
Jacinto Benavente - 2ª parte
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- A perdonar sólo se aprende en la vida cuando a
nuestra vez hemos necesitado que nos perdonen mucho.
- El enemigo sólo empieza a ser temible cuando
empieza a tener razón.
- El dinero no puede hacer que seamos felices,
pero es lo único que nos compensa de no serlo.
- Bien sé que las mujeres aman, por lo regular, a
quienes lo merecen menos. Es que las mujeres
prefieren hacer limosnas a dar premios.
- Lo peor que hacen los malos es obligarnos a
dudar de los buenos.
- Creedlo, para hacernos amar no debemos preguntar
nunca a quien nos ama: ¿Eres feliz?, sino decirle
siempre: ¡Qué feliz soy!
- Al amor lo pintan ciego y con alas. Ciego para
no ver los obstáculos y con alas para salvarlos.
- Mucha buena gente que sería incapaz de robarnos
el dinero, nos roba sin escrúpulo alguno el tiempo
que necesitamos para ganarlo.
- La disciplina consiste en que un imbécil se haga
obedecer por los que son más inteligentes.
- El honor no se gana en un día para que en un día
pueda perderse. Quien en una hora puede dejar de ser
honrado, es que no lo fue nunca.
- El mal que hacemos es siempre más triste que el
mal que nos hacen.
- Si murmurar la verdad aún puede ser la justicia
de los débiles, la calumnia no puede ser otra cosa
que la venganza de los cobardes.
- No hay nada que desespere tanto como ver mal
interpretados nuestros sentimientos.
- Si la gente nos oyera los pensamientos, pocos
escaparíamos de estar encerrados por locos.
- La ironía es una tristeza que no puede llorar y
sonríe.
- Eso de que el dinero no da la felicidad son
voces que hacen correr los ricos para que no los
envidien demasiado los pobres.
- ¡Bienaventurados nuestros imitadores, porque de
ellos serán todos nuestros defectos!
- Sólo temo a mis enemigos cuando empiezan a tener
razón.
- El amor es como Don Quijote: cuando recobra el
juicio es que esta para morir.
- Como en las deudas, no cabe con las culpas otra
honradez que pagarlas.
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