Frases célebres
Friedrich Nietzsche - 2ª parte
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- El hombre parece tener más carácter cuando sigue
su temperamento que cuando sigue sus principios.
- Lo que no me mata, me fortalece.
- Las convicciones son más peligrosos enemigos de
la verdad que las mentiras.
- Todos los pozos profundos viven con lentitud sus
experiencias: tienen que esperar largo tiempo hasta
saber qué fue lo que cayó en su profundidad.
- La esperanza es un estimulante vital muy
superior a la suerte.
- El sexo es una trampa de la naturaleza para no
extinguirse.
- Lo que hacemos no es nunca comprendido, y
siempre es acogido sólo por los elogios o por la
crítica.
- Olvida uno su falta después de haberla confesado
a otro, pero normalmente el otro no la olvida.
- No se odia mientras se menosprecia. No se odia
más que al igual o al superior.
- Si sólo se dieran limosnas por piedad, todos los
mendigos hubieran ya muerto de hambre.
- Hay almas esclavizadas que agradecen tanto los
favores recibidos que se estrangulan con la cuerda
de la gratitud.
- Todo idealismo frente a la necesidad es un
engaño.
- La demencia en el individuo es algo raro; en los
grupos, en los partidos, en los pueblos, en las
épocas, es la regla.
- El hombre sufre tan terriblemente en el mundo
que se ha visto obligado a inventar la risa.
- La edad de casarse llega mucho antes que la de
quererse.
- Negar a Dios será la única forma de salvar el
mundo.
- Dios ha muerto. Parece que lo mataron los
hombres.
- Sólo comprendemos aquellas preguntas que podemos
responder.
- ¿No es la vida cien veces demasiado breve para
aburrirnos?
- El remordimiento es como la mordedura de un
perro en una piedra: una tontería.
- Nuestro destino ejerce su influencia sobre
nosotros incluso cuanto todavía no hemos aprendido
su naturaleza; nuestro futuro dicta las leyes de
nuestra actualidad.
- La sencillez y naturalidad son el supremo y
último fin de la cultura.
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