Frases célebres
François de La Rochefoucauld - 2ª parte
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- La filosofía triunfa con facilidad sobre las
desventuras pasadas y futuras, pero las desventuras
presentes triunfan sobre la filosofía.
- Es más fácil conocer al hombre en general que a
un hombre en particular.
- La verdadera elocuencia consiste en no decir más
de lo que es preciso.
- Es una prueba de poca amistad no darse cuenta
del retraimiento de la de nuestros amigos.
- Nunca somos tan felices ni tan infelices como
pensamos.
- Es más necesario estudiar a los hombres que a
los libros.
- El verdadero valor consiste en hacer uno sin
testigos lo que sería capaz de hacer ante todo el
mundo.
- No hay tonto más molesto que el ingenioso.
- En los celos hay más amor propio que amor.
- La felicidad reside en los gustos y no en las
cosas; somos felices cuando tenemos lo que nos gusta
y no cuando tenemos lo que los demás encuentran
agradable.
- Ni el sol, ni la muerte pueden mirarse
fijamente.
- Para hacerse una posición en el mundo, es
preciso hacer todo lo posible para hacer creer que
ya se tiene.
- El silencio es el partido más seguro para el que
desconfía de sí mismo.
- Hay poca gente lo bastante cuerda que prefiera
la censura provechosa a la alabanza traidora.
- Todo el mundo se queja de no tener memoria y
nadie se queja de no tener criterio.
- El amor propio es el mayor de los aduladores.
- A menudo se juzga a los hombres por el crédito
de que gozan o por las riquezas que poseen.
- No hay accidente, por desgraciado que sea, del
que los hombres hábiles no obtengan provecho.
- Si una persona parece cuerda es sólo porque sus
locuras son proporcionadas a su edad y estado.
- Cuando no se encuentra descanso en uno mismo, es
inútil buscarlo en otra parte.
- Confesamos nuestros pequeños defectos para
persuadirnos de que no tenemos otros mayores.
- Solemos perdonar a los que nos aburren, pero no
perdonamos a los que aburrimos.
- Si en los hombres no aparece el lado ridículo,
es que no lo hemos buscado bien.
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