Frases célebres
Francisco de Quevedo - 2ª parte
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- La justicia es una constante y perpetúa voluntad
de dar a cada uno lo que le toca.
- En los más ilustres y gloriosos capitanes y
emperadores del mundo, el estudio y la guerra han
conservado la vecindad, y la arte militar se ha
confederado con la lección. No ha desdeñado en tales
ánimos la espada a la pluma. Docto símbolo de esta
verdad es la saeta: con la pluma vuela el hierro que
ha de herir.
- Matan los médicos y viven de matar, y la queja
cae sobre la dolencia.
- Poderoso caballero es Don Dinero.
- No es dichoso aquél a quien la fortuna no puede
dar más, sino aquel a quien no puede quitar nada.
- El rico come; el pobre se alimenta.
- No se debe mostrar la verdad desnuda, sino en
camisa.
- El mayor despeñadero, la confianza.
- Ninguna cosa despierta tanto el bullicio del
pueblo como la novedad.
- El consejo del escarmiento las más de las veces
llega tarde.
- El exceso es el veneno de la razón.
- No vive el que no vive seguro.
- Virtud envidiada es dos veces virtud.
- Ser tirano no es ser, sino dejar de ser, y hacer
que dejen de ser todos.
- Matarse por no morir es ser igualmente necio y
cobarde.
- Bien acierta quien sospecha que siempre yerra.
- El amor a la patria siempre daña a la persona.
- La adulación, bajeza del que adula; engaño del
adulado y aún bajeza de los dos; porque su bajeza
muestra el que gusta de su adulación, que no se fía
en el valor de sus méritos.
- Muchos vencimientos han ocasionado la
consideración, y muchas victorias ha dado la
temeridad.
- La astrología es una ciencia que tienen por
golosina los cobardes, sin otro fundamento que el
crédito de los supersticiosos. Es un falso
testimonio que los hombres mal ocupados levantan a
las estrellas.
- Una sola piedra puede desmoronar un edificio.
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