Botánica
FLORES ORNAMENTALES
Zenobia (Zenobia pulverulenta)
Origen/distribución: Sudeste de EEUU
Familia: Ericáceas
sta hermosa planta, cuyas campanillas blancas nos recuerdan al conodimo muguete, es, aunque pueda parecer extraño, un miembro de la familia de los brezos y está estrechamente emparentada con Enkianthus y Andromeda floribunda (o Pieris). Observando la forma de campanilla globular de las flores respectivas, se advierte la similitud existente con las diminutas flores de brezos y brecinas.
Zenobia (Zenobia pulverulenta)
Del género Zenobia, llamado así en honor de la mítica reina de Palmira (s. III), sólo se conoce una especie, Zenobia pulverulenta, que ilustra la imagen, una mata leñosa como todas las ericáceas, que alcanza una altura entre 50 y 100 cm.
Presenta un abundante follaje de hojas alternas ovales apuntadas y enteras, de color verde intenso. Las flores, blancas o de color crema, aparecen en racimos terminales muy cuajados y adornan la planta en los meses finales de la primavera.
Esta planta dará prestancia bajo un porche, junto a una de las paredes de la casa o en cualquier lugar del jardín protegido del viento y de los fuertes rayos del sol, si es posible en compañía de otras ericáceas que propiciarán unas condiciones de suelo y humedad similares.
El efecto es precioso, si se plantan varios ejemplares bajo unos cuantos árboles para que den un fondo bajo y compacto a éstos. Los árboles les proporcionan así una protección contra el viento y el sol y mantienen el suelo fresco y húmedo, produciendo además un mantillo de hojas muy aprovechable.
Reproducción/cultivo/otros datos de interés
Puede multiplicarse por semilla en primavera en plena tierra, o bien sembrando en otoño en invernadero frío y repicando una vez la plántula de 10 cm de alto a maceta. En primavera se coloca la planta en el terreno definitivo. Asimismo, se puede reproducir a partir de esqueje, que se retira de la planta fuera del periodo de floración, en primavera o comienzos de otoño, y se planta directamente en el terreno.
Necesita tierra ácida y arcillosa, mezclada con algo de arena. La mejor mezcla se consigue con turba y brezo, además de arcilla.
Debe mantenerse siempre en semisombra o incluso en sombra total. Necesita estar a salvo del calor excesivo. Prefiere los lugares frescos, aunque protegida de corrientes de aire.
Los riegos deben ser moderados, pero constantes, no dejando nunca secarse el suelo en que se asienta, pero sin proporcionarle mucha agua de una vez.