Botánica
FLORES ORNAMENTALES
Aro común (Arum italicum)
Origen/distribución: España y Francia
Familia: Aráceas
ste aro, pariente de la conocidísima cala, se da espontáneamente en España y Francia en ribazos y sotos y, en general, en terrenos sombreados y húmedos. En Europa central es más común elArum maculatum, especie casi desconocida en el área mediterránea, pero muy semejante a la que nos ocupa, A. italicum, por sus características morfológicas.
Es una planta herbácea, de raíz tuberosa, de unos 30 a 60 cm de alto; las hojas, que preceden a la floración, salen en otoño y son de forma triangular como las puntas de flecha, con venillas o manchas blancas; en medio de las hojas en conjunto apretado, surge, levantando poco del suelo, la inflorescencia en espádice, rodeada de una espata y provista de un apéndice amarillo.
Inflorescencia de Aro común (Arum italicum)
La espata forma una especie de cucurucho blanco verdosos, de consistencia como de cera, rodeando a una especie de vástago, formado por granillos en pisos superpuestos que son flores femeninas fértiles o estériles, dispuestas alternadamente y que después dan unos frutos en baja de color rojo cuando maduran, muy decorativos.
Florece en primavera y da fruto a finales de junio. Tradicionalmente, se utiliza el rizoma de esta planta con fines medicinales muy diversos, así como las hojas que, al parecer, tienen virtudes cicatrizantes.
Frutos de Aro común (Arum italicum) - Imagen Wikimedia Commons
Reproducción/cultivo/otros datos de interés
Esta planta se puede reproducir por semilla, pero es más fácil por división de rizoma, a finales de la época de floración.
Crece, generalmente, en terrenos arcillosos, que conviene enriquecer con materia orgánica y drenar con una adición de arena.
Necesita una exposición semisombreada o completamente sombreada para prosperar. En todo caso, su flor reverdece al contacto con la luz fuerte.
Es planta de regiones templadas y le conviene los lugares abrigados del viento, así como una humedad ambiental elevada.
Necesita riegos frecuentes, como mínimo cada dos días, con objeto de que su sustrato se mantenga siempre fresco.