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Origen/distribución: Regiones templadas
Familia: Oxalidáceas

a se recogió en algún otro artículo sobre este género la complicación que, para su clasificación, supone la gran cantidad de especies que agrupa. A ello, hay que añadirle la dificultad en la separación de todas ellas y el carácter invasora de muchas.

Se reparte sobre todo por dos áreas mundiales, Sudáfrica y América tropical, donde las especies son numerosísimas, pero también se extienden por el resto de las regiones templadas, como es el caso de las dos especies europeas (O. acetosella y O. corniculata).

Acederilla de Drummond (Oxalis drummondii)

Podemos encontrar en España, especialmente en huertas, unas 10 especies distintas, de las que al menos 8 son naturalizadas, es decir, extrañas a la flora original de la península ibérica. Todas han adoptado el nombre vulgar de la más común (O. acetosella) por el sabor ácido y avinagrado de sus hojas, que viene a ser lo que en griego significa el nombre genérico, Oxalis.

El género comprende unas 1.000 especies, casi siempre herbáceas y muchas veces con un tallo subterráneo bulboso que es lo que da como resultado el gran poder invasor de estas plantas. Sus hojas son compuestas (o mejor dicho, palmaticompuestas), con 3 a 8 foliolos que se parecen mucho a los de los tréboles. Las flores aparecen en inflorescencias cimosas, generalmente axilares (raramente son soitarias) y constan de 5 sépalos libres, 5 pétalos libres o escasamente soldados en la base, 10 estambres y un ovario con numerosos óvulos. El fruto es una cápsula.

La Oxalis drummondii que ilustra esta ficha es una acederilla oriunda de las montañas de Tejas, en América del Norte. Tiene un porte de unos 30 cm de altura y bulbos escamosos en la parte enterrada de los tallos. Sus hojas basales están largamente pecioladas y portan generalmente 3 folíolos glabros. Sus flores se disponen en umbelas simples que nacen de la axila de la hoja, tienen forma de embudo, 5 grandes lóbulos y son de color violeta-rosáceo.

Reproducción/cultivo/otros datos de interés

Son plantas adecuadas para recubrir suelos que se mantendrán de bellas tonalidades verdes durante casi todo el año, para sorprender entre los meses de mayo y agosto con una nutrida floración violácea. Exigen fundamentalmente suelos ligeros, más bien arenosos y, si bien requieren ciertos riegos estivales en climas mediterráneos, no soportan, sin embargo, el exceso de agua. Para una buena floración necesitan exposiciones soleadas.

Se multiplican fácilmente por plantación de los bulbillos, que aparecen en la base de los tallos. También por la división de las matas. La plantación de los bulbillos puede hacerse tanto en otoño (hacia el mes de octubre) como en primavera, durante los meses de marzo y abril.



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