Recreación de la LRO orbitando la Luna
En 1994, la NASA y el Departamento de Defensa de Estados Unidos lanzaron una pequeña sonda llamada Clementine. La sonda trajo los primeros datos sorprendentes sobre la evidencia de que podría existir agua helada en las regiones polares de la Luna.
Posteriormente, en 1998, más evidencias vinieron de la mano de la misión de la NASA Lunar Prospector. La presencia de hidrógeno era un signo de posible existencia de depósitos de hielo. La Lunar Prospector exploró la superficie lunar, y sus sensores registraron el número de neutrones que se mueven en el espectro gama. Sobre las regiones polares detectaron una disminución en el número de neutrones que se mueven a esas velocidades, Esto significaba que muchos neutrones estaban siendo frenados por impactos con hidrógeno, por lo que debe existir, probablemente, una concentración de hidrógeno o incluso agua helada en algún lugar de los polos de la Luna.
Sin embargo, por las mediciones no se podía identificar si se trataba de depósitos de hidrógeno o de hielo, ni tenían la suficiente resolución para localizar con precisión los depósitos en las zonas polares. La nave de reconocimiento lunar LRO, fue lanzada el 18 de junio de 2009. Sus instrumentos serán capaces de hacer ambas cosas.
Lunar Prospector
A bordo del LRO hay un sistema de cámara gran angular de alta resolución. Conocido como el Lunar Reconnaissance Orbiter Camera (LROC), la cámara hará llegar imágenes detalladas de los dos polos lunares conforme la LRO alcance la órbita sobre ellos. Los científicos combinarán las imágenes tomadas a lo largo de un año en órbita por la LROC, para hacer una película que revele el contenido de las Regiones de la Luna que están en sombra permanente; se trata de áreas en las profundidades de los cráteres que pueden no haber visto el Sol por miles de millones de años. Estas áreas serían los lugares más prometedores en cuanto a la búsqueda y descubrimiento del hidrógeno o el hielo.
La Luna apenas tiene atmósfera, y por lo tanto es más seca que cualquier desierto terrestre. Así que, ¿cómo podría llegar el agua a la Luna en un primer momento? Algunos científicos creen que el vapor de agua de los impactos de cometas del pasado, ha conseguido migrar a través de la superficie lunar hasta incrustarse en el suelo en la parte interna de estos oscuros cráteres. Otros estiman que el hidrógeno también se incrustó en el suelo lunar a lo largo del tiempo al ser “cazado” mediante estas trampas. El hidrógeno proviene del sol y es transportado a la luna por el viento solar; es gas tenue que de manera continua ha estado soplando desde la superficie solar y que llena todo el sistema solar. La mayor parte del viento solar es hidrógeno.
Los objetivos científicos principales de la LRO incluyen:
En su búsqueda para localizar agua helada que sirva como un posible recurso natural, el LRO, sin duda, allanará el camino para el plan de la NASA de lleva seres humanos de nuevo a la luna. Además de la búsqueda de agua helada, la información obtenida por la misión también se utilizará para seleccionar los lugares de aterrizaje seguros, así como determinar las ubicaciones para las futuras bases lunares y detectar los riesgos de radiación para la vida humana en futuras misiones.
Recreación del envío hacia la superficie de la Luna del Centauro, una cabeza de 4,400 libras (2,000 kilogramos), que impactará cerca del Polo Sur lunar.
En su viaje a la Luna, la LRO irá acompañada por la Lunar Crater observation and sensing satellite (LCROSS), cuya misión es impactar sobre la superficie lunar en búsqueda de agua helada. Los objetivos de la misión de la LCROSS incluyen la confirmación de la presencia o ausencia de agua helada en un cráter que se encuentra en sombra permanente en el polo sur de la Luna.
Después del lanzamiento, la nave LCROSS con el cohete Atlas V volarán hacia la luna y entrarán en una órbita adecuada para preparar un impacto. En la aproximación final, la nave espacial y la cabeza de impacto (el Centauro) se separarán. El Centauro se dirigirá hacia el cráter lunar elegido, impactando en él y creando una nube de escombros que se elevarán sobre la superficie. Cuatro minutos más tarde, la LCROSS volará por encima de la nube de escombros, recogiendo datos y transmitiéndolos a la Tierra, para finalmente impactar también sobre la superficie de la luna y crear una segunda nube de escombros. Los científicos utilizarán los datos de ambas nubes para determinar la presencia o ausencia de agua helada.
Fuente: NASA
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