Las organizaciones que mantienen una posición vanguardista ante los cambios, empleando nuevos procesos y herramientas para transformar sus realidades, en función de un liderazgo cooperativo, donde los directivos, no sean los únicos capaces de tomar decisiones, sino que el colectivo que ejerce funciones en esa institución, aporte sus conocimientos y experiencia para la solución de problemas y pueda existir una retroalimentación para corregir los errores y convertirlos en fortalezas, aprendizaje constante e innovador, en pro del logro para el beneficio de todos, pueden ser consideradas organizaciones sanas. Por el contrario, aquellas instituciones y/o empresas enfermas, se caracterizan porque el factor motivación no es considerado como un elemento fundamental para el alcance de los objetivos, además, no se fomenta un sentido de pertenencia y corresponsabilidad en el personal hacia la organización. Éstas están propensas al fracaso, debido a que no existe una participación activa y voluntaria hacia la solución de los problemas, sino que se ve desde afuera la situación, debido a que se menosprecia el capital humano. En este sentido, se puede afirmar que la administración llevada en estas organizaciones enfermas está propensa al fracaso.
Desde esta perspectiva, las empresas y/o instituciones públicas no pueden administrarse por sí solas, requieren de un conjunto de factores indispensables que interactúen en entre ellos de manera cooperativa, para el alcance de los objetivos propuestos, y por ende para lograr el éxito esperado por todos los integrantes de esa organización. Las instituciones educativas, también son organizaciones que pueden ser manejadas desde una perspectiva “Sana” o “Enferma”; cualquiera de estos dos paradigmas marcará el rumbo de la institución y ello se reflejará en su producto educativo de una manera determinante, porque la educación es un proceso que siembra para toda la vida.
Cabe destacar que la educación forma parte de un sistema que fundamental para la sociedad, donde cada uno de sus elementos: alumnos, docentes, obreros, planta física, diseño curricular, factores culturales, padres y representantes y comunidad son piezas fundamentales que influyen de manera directa en el contexto educativo, y en consecuencia éste debe regirse por procesos administrativos y emplear herramientas innovadoras que les permita alcanzar sus propósitos.
Entre en las herramientas empleadas por las organizaciones sanas, se destaca la planificación, entendida como un proceso útil para lograr la eficiencia en cualquier área. Algunas organizaciones la emplean, con la finalidad de alcanzar objetivos y metas establecidas para un período determinado. No obstante, si sus etapas no son cumplidas a cabalidad, es muy probable que no se alcance el éxito esperado. Por ello, es necesario que se supervisen las actividades establecidas, a fin de que se auto corrijan sobre la marcha los errores inmersos en el proceso y convertirlos en fortalezas, a fin de obtener los beneficios esperados.
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Mi sugerencia es que debe haber mucha información acerca de lo que es la administración educativa, como una herramienta de trabajo para los docventes de educación superior universitaria, es muy importante que el futuro profesional tenga pleno conocimiento de la gran importancia que es la administración educativa.