En la serie que el correo iraní le dedicó el 15 de diciembre de 2014 a la célebre WWF [la ONG del Osito Panda], la especie escogida ha sido el ánsar chico (Anser erythropus) que apareció en HB de cuatro efectos de 5000-6000-7000-8000 Rls, el primer y último facial nos lo muestra en el suelo, el segundo en vuelo y el tercero posado en el agua.
Evidentemente se trata de una especie rara y bastante localizada en zonas de tundra, especialmente la catalogada como tundra húmeda y en los márgenes de la taiga en toda la región ártica, prácticamente su hábitat natural abarca desde Noruega hasta la zona rusa del Pacífico. Habitualmente se inclinan por zonas de estepas saladas, prados y tierras de cultivo aunque cada vez son más escasas las grandes bandadas que antaño caracterizaban los vuelos grupales de la especie.
Es una emisión bastante interesante y que nos da para reflexionar sobre el actual estado de la filatelia. Estamos ante una administración no realiza de manera muy frecuente emisiones dedicadas a la naturaleza pero, de cuando en cuando, nos sorprende con sellos de alto nivel en su confección y parámetros asumibles si comparamos las emisiones de administraciones postales más cercanas a nosotros geográfica o culturalmente hablando.
Irán, por ahora, parece querer mantenerse dentro de los cánones tradicionales o conservadores de su programa de emisiones y el mundo del sello. Si comparamos con países que teníamos como serios, entonces comprobamos que todavía es un país relativamente asequible para el coleccionista y, sobre todo, sin sorpresas para la conservación de sus signos postales [por ahora no tiene etiquetas, autoadhesivos, tintas simpáticas, etc.], mantiene un facial que nos hace sonreír respecto al estadio en que se encuentra, por ejemplo, el correo español y que nos hace preguntarnos ¿hasta cuándo?
Eso forma parte del futuro y lo rápido que los depredadores aterricen por este país tan distinto y tan distante a nosotros; aunque es cierto que gracias a PODEMOS, sabemos que interviene en la política española. Así que tenemos una razón de más para no perderles de vista porque el refranero castellano es rico en sentencias y del “dime con quién andas y te diré quién eres” o aquel otro “dime de qué presumes y te diré de qué careces”; pero parece que hemos abandonado incluso esa sabiduría popular para quedar hipnotizados precisamente por los charlatanes y embaucadores de feria que nos aplican el cataplasma de “ande yo caliente y ríase la gente”. Filatélicamente, al menos los sellos del 2015, son bastante bien logrados y aportan otro punto de vista a la filatelia universal, observamos muchas menos conmemoraciones alusivas al momento islámico y más despolitizado su programa. Hacemos votos para que persistan en ese camino y seguramente sus signos postales tendrán un cartel diferente en la filatelia universal donde, previsiblemente, podría tener un mayor predicamento a medida que se vaya suavizando su sistema.
JUAN FRANCO CRESPO
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