FILATELIA POLAR: CABO NORTE – NORUEGA

Cabo Norte, con la llegada de la luz estival, se convierte en una de las metas de los viajeros europeos que emprenden el largo camino hacia ese mítico punto en tierras nórdicas. El Cabo se halla en los 71º 10’ 21” a sólo 2.110 kilómetros del Polo Norte y a 36 Km de la pequeña y hermosa ciudad marinera de Honggingsvag. Uno se enfrenta, si el cielo está despejado, a una de las estampas más hermosas que la naturaleza nos pueda dar en uno de esos larguísimos días estivales cuando el sol brilla prácticamente las 24 horas. Impresionante sentarse a contemplar el horizonte mientras a tus pies se abre un precipicio de más de 300 metros donde, hace centenares de años, los pueblos lapones realizaban sus míticos sacrificios u “ordalías”; sus coordenadas geográficas son 71º 10’ 21”N – 25º 47’ 40” E. El nombre a este cabo en la isla de Mageroya, le fue dado por el explorador inglés Richard Chancellor en 1553 cuando lo sobrepasó en busca del mítico Paso del Noreste.

Algunos de los monumentos que uno puede admirar son el busto de Luis Felipe, rey de Francia, que buscó refugio aquí en 1795, debido al deterioro que producen los elementos climáticos en la región, tuvo que reemplazarse y en 1838 se convirtió en una estatua de bronce, la misma sufrió graves daños durante la II Guerra Mundial, los originales pueden hoy admirarse en el Museo de Tromsø (donde por cierto hay una preciosa iglesia que nos recuerda las leyendas vikingas y sus mitología nórdica). Otro monumento es el dedicado al rey Oscar II [entonces soberano de Noruega y Suecia] que visitó el lugar en 1873 y, como no podía ser menos, el ser humano también ha ido dejando señales de su paso, buscando entre las inscripciones de las rocas uno localiza la realizada en 1693. De entre los visitantes ilustres, el rey Chulalongkorn de Siam [actual Tailandia] siguió la costumbre popular y grabó sus siglas en 1907. Asimismo nos encontraremos abundante iconografía de carácter religioso, entre ella está la Virgen María y el Niño Jesús o la figura de San Francisco de Asís que transportaron hasta aquí unos monjes italianos, en algunas ocasiones los Franciscanos han celebrado también servicios religiosos en esta privilegiada altiplanicie. En 1943 se dio aquí la célebre Batalla de Cabo Norte, la lucha en estas gélidas tierras del Océano Glaciar Ártico tampoco estuvo exenta de dramatismo: tras la retirada de los alemanes en 1944 se procedió a la reconstrucción de las casas y poblados de todo Finnmark que actualmente apenas llega a los 75.000 habitantes, la mayoría samis [lapones] que también viven en Suecia, Finlandia y Rusia.

La naviera Nordkaps Vel A/S se estableció en 1927, su objetivo era promover el turismo hacia ese remoto lugar, instaló una serie de servicios hoteleros que se han ido modernizando con el paso del tiempo y en donde el viajero de nuestros días no dejará de sentirse como en casa, uno tiene la oportunidad de descansar y disfrutar del majestuoso paisaje que ofrece la planicie sobre estos pedregosos terrenos árticos, un lugar ideal para observar las célebres noches del norte [auroras boreales] que suelen darse sobre las zonas árticas entre octubre y abril [fenómeno que suele observarse al menos durante 200 nboches por temporada], son visibles entre los 90 y 130 kilómetros.

Las primeras instalaciones portuarias de esta remota región se inauguraron en 1929 y en 1937 estaba completado el camino que permitiría realizar la subida con vehículos, en determinados tramos, realizado sobre roca viva en pleno precipicio camino de la altiplanicie de Cabo Norte. Fue en 1956 cuando se convirtió el tortuoso camino en una carretera que desafiaba la gravedad y siempre hay alguien que deja allí sus huesos: ir en el lado derecho cuando se sube es relativamente placentero, bajarlo (en el mismo asiento, por supuesto, ahora por el lado del precipicio) significa ir con el corazón en un puño. Pero subir permitirá contemplar el majestuoso paisaje, único, del rocoso Knivskjellodden que está en los 71º 11’ 48”, cada visitante debe abonar 200 coronas para acceder a la zona, ahora mucho más fácil ya que se conectó la isla con tierra firme mediante un túnel por debajo del mar, lo que facilita el contacto con la última frontera de Europa con el Ártico.

Como la gran mayoría de los lugares turísticos de Escandinavia (se aprovecha y se incita al visitante a que envíe su postal) disponen de matasellos turísticos que se activan temporalmente o bien están en uso todo el año, depende de la zona de la región que uno visita. Generalmente, tienen los buzones estratégicamente situados y se muestra el matasellos (impronta en negro) que llevará la correspondencia depositada en esos familiares recipientes postales. De esta manera millones de postales se convierten en preciados documentos que darán fe de esa visita, de ese recuerdo que perdurará en las mentes de quienes lo realizaron y, de paso, en el recuerdo de los receptores de la correspondencia: en Cabo Norte el matasellos está ilustrado con un sol de medianoche y los sagrados acantilados lapones.

De acuerdo con la información que nos facilitó la oficina de correos, la estafeta se abrió por primera vez en 1897, por lo tanto hace ya más de un siglo. Anualmente venía despachando más de un millón de envíos que generan unos buenos ingresos al Servicio Postal Noruego y la industria gráfica que comercializa numerosas postales con unas maravillosas vistas que el matasellos transportará al más recóndito rincón del mundo y hará interesarse, en muchos casos, a la persona receptora del envío sobre tan peculiar marca; muchos coleccionistas buscan ese matasellos que ha sufrido diferentes diseños desde que se utilizó por primera vez y la localizan con el sano objetivo de integrarla en su colección ártica o en la dedicada a lugares mitológicos o al mundo de la meteorología.

El viajero tiene opción de disfrutar de su bien surtido restaurante y sorpresa (sobre todo para los catalanes) que pueden hacer su brindis con cava de su tierra en rigurosa exclusiva. La costumbre del brindis arranca, según dicen, con el alemán Carl Vogt que en 1861 llegó a la cumbre y celebró el acontecimiento brindando con Champagne, cerveza noruega, jamón y embutidos alemanes. La idea cuajó y la historia documenta la presencia del primer comerciante vendiendo botellas del espumoso en el lejano 1889. Por supuesto, el visitante puede admirar detenidamente el lugar, observar algunos documentos o ver un excelente documental audiovisual que se proyecta en una de las salas del complejo turístico. Si lo único que desea es incorporar la pieza de marcofilia a su temática polar o la historia de los pescadores vascos, que en siglos anteriores visitaban esta zona en busca de grandes cetáceos y otras especies marinas, sólo tienen que darse una vuelta por la oficina del correo. Lamentablemente, el material bibliográfico que encontré no permite ubicar los datos en una fecha exacta sino que hacía alusión de manera indirecta.

Los posibles interesados en estas marcas deberán enviar sus peticiones con el correspondiente franqueo (o en su defecto cupones internacionales de respuesta, cada vez más caros y, en ocasiones, en el Correo Español no tienen ni idea de lo que les estás pidiendo: el contratado de turno -apenas quedan funcionarios de viejas promociones- muchas veces lo colocan ante una ventanilla sin saber lo que es un sello, imagínense lo que puede suponer para él un CRI) al Head Postmaster, Postkontor, Norway Post, For a pictorial postmark of Nordkapp, N-9764 NORDKAPP Noruega), basta enviar una breve nota en inglés solicitando matasellen nuestros sobres o postales. Estimamos que una pieza enviada por el propio coleccionista cuando ha estado de visita será mucho más interesante y resultará más estimulante cada vez que abra su álbum de filatelia polar. A veces las autoridades turísticas nos pueden solucionar el problema si les pedimos información, pero cada vez hay menos matasellos o marcas en los sobres, sobre todo desde que se ha popularizado el “PP” [Correo Pagado en español] o esos rectángulos de Franqueo Pagado en Oficina que tanto daño está haciendo a la filatelia porque se están olvidando del sello de correos que tantas historias nos ha dado. Lo peor de todo es que no se ha mejorado el contacto con el usuario y los envíos cada vez se extravían más.

www.posten.no
www.samediggi.no
www.northern-lights.no


JUAN FRANCO CRESPO
lacandon999@gmail.com

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Juan Franco Crespo

Maestro de Primaria, licenciado en Geografía, doctor en Historia de América.

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Juan Franco Crespo

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