Al reunirse nuevamente la Asamblea General de las Naciones Unidas, antes de finalizar el año 1972, prosiguió el debate sobre la problemática del medio ambiente, a la luz de las conclusiones adoptadas por la Conferencia de Estocolmo.
La creación del nuevo organismo PNUMA
Consecuente con la Declaración final de la Conferencia, la Asamblea General adoptó el 15 de diciembre la resolución 2997/XXIV, por la que se aprobaba la creación de un programa internacional para la salvaguarda del entorno, con un Consejo director formado por 58 Estados, entre los cuales se incluyeron la dos Alemanias (a pesar de no ser miembros de la ONU), con lo que se subsanó el error que provocó la ausencia de la Unión Soviética y los restantes países del Pacto de Varsovia de la Conferencia de Estocolmo.
Pacto de Varsovia
Tratado firmado en Varsovia en 1955, entre la antigua U.R.S.S. y los países europeos sometidos a su influencia. Uno de los principales objetivos del pacto era asegurar la defensa de los países firmantes respecto a cualquier agresión extranjera.
El nuevo organismo se denominó oficialmente Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y fue elegido por unanimidad como su primer director ejecutivo el canadiense Maurice Strong, que había desempeñado el cargo de secretario general de la Conferencia de Estocolmo.
También se decidió que la sede del PNUMA fuera la ciudad de Nairobi (Kenya), para favorecer una mayor participación de los países económicamente subdesarrollados en la problemática del entorno. Las nuevas oficinas del PNUMA fueron inauguradas oficialmente por el presidente Kenyatta el 2 de octubre de 1973.
Las labores inmediatas y sectores de actuación del PNUMA
Con un presupuesto para los cinco primeros años que sobrepasa escasamente los cien millones de dólares estadounidenses, el PNUMA sólo puede colaborar modestamente a la resolución de los graves problemas ecológicos que tiene planteados el mundo.
La labor más inmediata que se propone es la coordinación de todos los esfuerzos e iniciativas en favor del medio ambiente que surgen en los distintos organismos de las propias Naciones Unidas. También ha seleccionado ocho sectores económicos, especialmente importantes en la lucha ecológica contemporánea, y a los que piensa dedicar especial atención: el petróleo, los vehículos de motor, el hierro y el acero, el tratamiento de las sustancias minerales, los productos químicos y farmacéuticos, la pasta de papel y el papel, las industrias agrícolas, el ocio y el turismo.