Factores interespecíficos (continuación)
Parasitismo (continuación)
Algunos términos y situaciones que se dan con respecto al parasitismo son los siguientes:
Coparasitismo
Es la presencia de varios parásitos distintos sobre un mismo individuo. Se trata de un fenómeno frecuente.
Ectoparásito
Es el organismo que parásita a otro desde la superficie de éste.
Endobiótico
Es el organismo saprófito o parásito que vive en el interior del sustrato o del hospedador.
Endoparásito
Es el parásito que vive en el interior de su hospedador.
Especificidad
Es la especialización de un organismo parásito en un huésped particular.
Fitoparásito
Se trata de un parásito vegetal.
Hemiparásitismo
Es un parasitismo parcial, propio de los hemiparásitos. Los hemiparásitos son organismos parásitos vegetales que sólo obtienen del hospedador parte de sus nutrientes.
Hiperparasitismo
Se trata de un parasitismo en que el parásito es, a su vez, parasitado por otro organismo. El hiperparásito es un parásito que vive sobre o dentro de otro organismo parásito.
Hosoparásito
Es un organismo parásito que depende por completo del organismo al que está adaptado, siendo incapaz de sobrevivir en otro distinto.
Hospedador intermedio
Es aquel que sólo cobija una fase del ciclo vital del parásito, que inicia su desarrollo en una especie distinta y lo finaliza en otra también distinta.
Huésped hospedador
Es un ser vivo que alberga a un parásito (el término se utiliza en el sentido etimológico estricto, al revés que en el lenguaje corriente).
Parásito facultativo
Es un parásito que puede recurrir a otras fuentes de alimento distintas a su hospedador actual (puede parasitar más de un tipo de huésped).
Parásito obligado
Es un parásito con especificidad absoluta, que necesariamente ha de alimentarse de su hospedador.
Patogénesis
Se denomina así al período del desarrollo de un organismo patógeno en que éste despliega sus efectos perjudiciales para el organismo atacado.
Comensalismo
Es una relación trófica establecida entre organismos, en la cual una especie es comensal de la otra. Típicamente el comensal es un organismo que convive con otro y obtiene de él algún provecho, por ejemplo alimento, pero sin causarle daño; incluso la mayor de las veces le beneficia y contribuye a su bienestar, por ejemplo alimentándose de las descamaciones del cuerpo, restos de comida, residuos, etc., que pueden ayudar a mantener el cuerpo limpio.
Esta relación se encuadra más bien en un tipo de relaciones interespecíficas denominada mutualismo, en la cual se mantiene una cooperación entre individuos de distinta especie, cuyas actividades conjuntas tienen un fin común y resulta por tanto beneficiosa para ambos asociados. La diversidad presenta casos y situaciones que muchas veces no cumplen este patrón; ejemplo: cuando un organismo animal o vegetal utiliza otro organismo simplemente como sustrato al que fijarse, fenómeno que se denomina epibiosis; o cuando se produce el aprovechamiento de los restos de un individuo por parte de otro que pertenece a una especie distinta, fenómeno denominado tanatocresis.
Otro ejemplo de comensalismo es el denominado lestobiosis, consistente en la nidificación de especies de pequeños insectos coloniales, que se sitúan en el interior de los nidos de otras especies de mayor tamaño con el fin de alimentarse.
Simbiosis
Se trata de una íntima asociación entre dos organismos de grupos distintos sea animal o vegetal, e incluso mixtas entre representantes de ambos reinos, que se encuentra ampliamente extendida en la naturaleza.
Los líquenes son un ejemplo típico de simbiosis entre dos organismos, donde ambos se necesitan mutuamente para sobrevivir. En la foto un liquen antártico.
La simbiosis se diferencia de otras formas de relaciones interespecíficas, como el parasitismo o el comensalismo, en que esta forma de relación puede ser vital para uno de los simbiontes o incluso para los dos, dando lugar a la desaparición de las especies implicadas si se rompe esa unión.
Este caso queda evidenciado por ejemplo con la relación existente entre los termes y las bacterias que digieren la celulosa, sin las cuales el insecto perecería al no poder alimentarse. Otro caso típico es el del liquen, organismo formado por un hongo y una alga; ambos pueden sobrevivir juntos en zonas de extrema aridez y bajas temperaturas, las cuales no podrían soportar por separado.
De lo descrito se deriva que la simbiosis siempre es beneficiosa para ambos. En la agricultura es muy normal aprovechar esta ventaja de la simbiosis, que se da por ejemplo en las plantas leguminosas, las cuales albergan en sus raíces bacterias nitrificantes (que transforman y fijan en el suelo el nitrógeno atmosférico), permitiendo rotar los cultivos y aprovechar el suelo nitrogenado.