Los agentes causantes de la erosión (continuación)
Erosión glaciar
La erosión glaciar se debe a la acción de los glaciares sobre las rocas de la superficie; la erosión es mucho más intensa en el fondo de la masa de hielo que en los costados, lo que determina el típico modelado de los valles glaciares en forma de U.
La erosión glaciar se debe a la acción de los glaciares sobre las rocas de la superficie
Este tipo de erosión se debe en parte a la abrasión producida en la roca del fondo por los fragmentos que engloba el hielo, separados de la primera por una fina película de agua; pero también interviene un mecanismo distinto, mediante el cual el hielo pegado a la roca, sin agua fundida que los separe, arranca fragmentos de la misma. Estructuras características que resultan de la erosión glaciar son los circos glaciares, los valles colgados y los lagos de origen glaciar.
Erosión marina
La erosión marina es la que lleva a cabo el mar sobre las rocas del litoral; la acción principal se debe al movimiento de las olas, cuya energía procede de la energía cinética del viento. Las mareas tienen una actividad erosiva menos importante pero por otra parte aumentan el área de actuación del oleaje al modificar periódicamente el nivel del mar.
La erosión que llevan a cabo las olas se debe en parte al choque del agua contra las rocas y también a la abrasión que ejercen los fragmentos que arrastra el agua y que proceden de la misma roca erosionada. Las formas erosivas más características son los acantilados y las plataformas de abrasión.
Las actividades culturales humanas favorecen la acción de los agentes naturales de la erosión
Pero no son estos los únicos agentes y factores causantes de la erosión, el hombre con sus actos de tipo cultural y económico, ha fortalecido la acción de los agentes naturales. En gran parte del planeta se realizan prácticas agrícolas que contribuyen a la erosión de los terrenos.
La repoblación masiva de especies de crecimiento rápido en base al interés económico que ello representa, como son los eucaliptos, contribuyen a la decadencia de los suelos por su corto arraigo y mínimo aporte, ya que el tiempo es parte fundamental para su formación, además de ser especies de fácil combustión. Todo ello en detrimento de las especies de frondosas de hoja perenne o caduca, buenas formadoras de suelos.
La sustitución de especies frondosas de hoja perenne por otras de crecimiento rápido y corto arraigo, contribuyen a la decadencia de los suelos
Por su parte, las prácticas agrícolas y ganaderas incorrectas, como la sustitución de abonos naturales por los químicos que provocan la mineralización y compactación de los suelos, la quema de rastrojos, el abandono de los cultivos de ladera que permitían la sujeción de las tierras, la pérdida de pastos por excesivo pastoreo o el abandono de las ganaderías extensivas que favorecían su conservación, son elementos añadidos a la deforestación y destrucción de la cubierta vegetal.