ECOLOGÍA – EVOLUCIÓN – TEORÍAS EVOLUCIONISTAS – 3ª PARTE

Contradicciones entre herencia y selección natural

La teoría de Darwin basada en la selección natural chocaba frontalmente con las ideas universales existentes en el siglo XIX sobre la naturaleza de la herencia, la cual se consideraba era fruto de un proceso combinado (los descendientes tienen caracteres producto de la combinación de los de sus padres). Esto preocupaba especialmente a Darwin en 1867, ya que era fácilmente demostrable que la selección natural no puede actuar si la herencia es de tipo combinado, pues en cada generación se dividiría a la mitad la variación genética disponible.

Este inconveniente provocó que Darwin se inclinara hacia la teoría de Lamarck en lo que se refiere a la herencia de los caracteres, quedando su propia teoría relegada por el momento, pues Darwin desconocía la teoría genética que se daría a conocer más tarde.


Los trabajos de Gregor Joham Mendel sobre la herencia genética explicaban y daban naturaleza oficial a la teoría de Darwin

Curiosamente, por aquellas fechas, el monje agustino austriaco Gregor Joham Mendel, publicaba sus descubrimientos sobre la herencia genética, que experimentara en el monasterio de Brünn (Chequia). En estos trabajos se encontraba la solución al problema que inquietaba a Darwin, donde se demostraba que determinados caracteres genéticos se transmitían a través de sucesivas generaciones, pero desgraciadamente Darwin nunca la leyó, ni tampoco se le dio importancia hasta un tiempo después de la muerte de Mendel. Los trabajos de Mendel sobre la herencia genética explicaban y daban naturaleza oficial a la teoría de Darwin.

Polémica y aceptación de la teoría evolucionista


Richard Owen

Lapolémica sobre la teoría evolucionista fue muy viva. El científico galés Richard Owen (1804-1892), como otros muchos fijistas, era un gran adversario y la rebatía acaloradamente. Sin embargo, él debió sentir muchas dudas para sostener su postura, porque intentó confirmar por sí mismo los datos de sus oponentes.

A Owen le interesaban las respuestas a las interrogantes sobre la analogía y homología entre especies; analogía en cuanto a la existencia de estructuras corporales similares en apariencia y función dentro de las especies, y cuyo origen se le estima distinto (sin parentesco); y homología en cuanto a la semejanza que presentaban las estructuras de determinadas especies con funciones y aspectos diferentes, pero que necesariamente tendrían que proceder de un antepasado común. Para Owen, esta duda sólo podía solventarla recurriendo a la teoría de la evolución.

La teoría evolucionista quedó comprobada definitivamente a partir de que fuera descubierta la Espiral genética en las células, constituyendo la base de la biología de las especies. La nueva filosofía del evolucionismo darwiniano fue llenada de contenido por el el teórico social inglés Herbert Spencer (1820-1903), quien incluso lo aplico a la vida de las sociedades.


Actualmente está generalmente aceptada la moderna teoría de la evolución de Theodosius Dobzhansky

En 1937 comenzó a imperar el neodarwinismo (teoría sintética), fruto de los nuevos conocimientos genéticos surgidos de los estudios de Joham Mendel o Tomas Hunt Morgan, entre otros, siendo generalmente aceptada en la actualidad la moderna teoría de la evolución elaborada por el genético y zoólogo Theodosius Dobzhansky (1900-1975), en la obra Genética y el origen de las especies, donde afirma que la evolución de las razas y las especies han podido producirse a través de la adaptación.

Este eminente genetista defiende que, con respecto a la nueva concepción de la naturaleza, nada tiene sentido en biología si no es considerado bajo el punto de vista de la evolución. La obra de Dobzhansky fue completada posteriormente con trabajos en diferentes disciplinas: Ernst Mayr en zoología, Stebbins en botánica y Simpson en paleontología.


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