La selección no crea, adapta
La adaptación es el proceso biológico que sufre un organismo vivo al tratar de acomodarse a las condiciones del medio en las que existe. Las características adaptativas que desarrollan los organismos vienen determinadas por la selección natural, y se van manifestando lentamente a lo largo de numerosas generaciones. Durante ese proceso, los seres vivos tratan de resolver aquellos problemas de supervivencia y perpetuación de la especie a los que se enfrentaron sus antecesores.
Por selección natural no se puede crear nada nuevo, por ejemplo órganos o estructuras, sino que determinados individuos se verán favorecidos por sus características diferenciales, y cuyos rasgos le capacitan para una mejor adaptación, es decir, la selección natural adapta. Estos rasgos pueden ser físicos o de comportamiento, eso significa por tanto que la progresiva adaptación de una estructura es compatible con una aptitud, y sobre la base de una u otra seguirán actuando los mecanismos de perfeccionamiento de un carácter.
Herencia de los caracteres adaptativos
Una disputa muy antigua dentro de la teoría adaptativa, ha sido todo lo relativo a si los caracteres son hereditarios o no. La eficacia biológica, que es la capacidad de sobrevivir o reproducirse en el medio, viene dada por el desarrollo de características nuevas en los organismos de adaptación a las dificultades que ese medio presenta. ¿Son esas nuevas características transmitidas a los descendientes? Lamarck, que fue el autor de la primera teoría de la evolución, defendía que la herencia era un elemento imprescindible para que funcionasen los mecanismos de la evolución.
Más tarde, Darwin, aceptando que los caracteres adquiridos eran heredados (en aquellos momentos se desconocía la teoría genética), defendió que en la adaptación no existía herencia combinada, sino que los organismos se adaptan al medio porque determinados mecanismos biológicos (como la selección natural) inclinan o favorecen en determinado sentido, eligiendo o primando aquellas formas genéticas mutantes que demostraban mayor adaptación al medio, es decir, mayor eficacia biológica.
Todos los organismos poseen un conjunto de material cromosómico o genotipo.
Si para Lamarck la herencia era la base de la adaptación, para Darwin el motor de todo el mecanismo adaptativo era la selección natural. Hoy en día, desde el conocimiento de la teoría genética, se puede responder a determinadas interrogantes que planteaba la teoría de Darwin, como la transmisión de los caracteres adquiridos; se sabe que los padres transmiten partículas genéticas separadas (genes), y que la evolución es el fenotipo producto de la interacción del genotipo con el medio.
Los genotipos y fenotipos
El genotipo es el conjunto de material cromosómico de un organismo; el fenotipo es el conjunto de caracteres de un organismo que se manifiestan como resultado de la interacción entre el genotipo y el medio ambiente en que ese organismo se desarrolla.
Cuando la selección natural actúa sobre el genotipo, determinados genes pueden quedar «seleccionados» por sus propiedades. Por ejemplo, un rasgo de inteligencia, una capacidad para camuflarse, correr, defenderse, soportar determinados climas, etc., son caracteres del genotipo que quedarán reservados mediante la selección natural; estas propiedades son los llamados fenotipos. Los genes de un fenotipo tenderán a perpetuarse en la medida en que sus propiedades presenten más ventajas que otros fenotipos competidores, y seguirán manteniéndose en sucesivas generaciones en tanto conserven sus valores adaptativos (efectos fenotípicos).
Así pues, una adaptación no es más que una replicación de genes a través de numerosas generaciones de organismos, y que consiguen resolver sucesivamente los problemas que les son planteados por el medio.
Selección positiva, negativa y neutra
Los rasgos o caracteres de un organismo están sometidos a una selección natural positiva, negativa o neutra. Así, unos rasgos pueden quedar seleccionados para beneficiar la reproducción de un organismo (positiva), o perjudicarla (negativa), caso este último que tenderá y culminará con su marginación o desaparición. Por su parte, un rasgo puede acompañar a otros rasgos seleccionados, pero no influir para nada en el resultado final de la acción selectiva (neutra).