Importancia de conservar la diversidad genética
La erosión genética
Todos los organismos poseen una variedad de material genético que pasan de generación en generación, incluyendo las diferencias por efecto de las influencias del medio ambiente que es ejercido sobre cada individuo. Esas variaciones heredables son las responsables de que exista biodiversidad sobre el planeta, y se puede decir que la evolución y selección natural tienen su fundamento en la utilización de ese material genético.
Todos los organismos poseen una variedad de material genético que pasan de generación en generación, incluyendo las diferencias por efecto de las influencias del medio ambiente que es ejercido sobre cada individuo
Todas las poblaciones de una especie, aunque se encuentren distantes entre sí y mantengan algunas diferencias heredadas entre ellas, tienen sin embargo en común la existencia de una reserva de diversidad genética.
Cuando se extinguen poblaciones que albergan una amplia variedad genética, aunque la propia especie no se extinga, ocurre que la selección natural dispone de menor material genético para ejercer su actividad, y por tanto se verán reducidas las posibilidades del cambio evolutivo. A esta pérdida de diversidad genética se le llama erosión genética, y es un problema que preocupa cada vez más a la comunidad científica.
Las ventajas de la diversidad genética
La existencia de diversidad genética es, y ha sido a lo largo de la historia, muy importante para el desarrollo del hombre, especialmente en lo que respecta a la la agricultura. Desde antiguo el hombre ganadero y agricultor se ha apoyado en un determinado número de especies para su producción, y en elevadas variedades de esas especies (especialmente plantas) que se utilizaban localmente. La ventaja de la diversidad genética tiene su base en las posibilidades que el cultivo de algunas variedades de una especie tiene ante determinadas contingencias. Así, es improbable que todas las variedades queden afectadas por enfermedades, parásitos o inclemencias meteorológicas, permitiendo así una agricultura de subsistencia con menores riesgos de perder las cosechas.
La diversidad genética ha ido sufriendo recortes conforme las plantas silvestres desaparecían de los bosques naturales. La conversión de áreas selváticas en suelos productivos, así como la tala y devastación de áreas forestales primarias, destruyó y sigue destruyendo hábitats de muchas plantas que podrían ser útiles para la selección genética. Actualmente, y debido al cultivo intensivo, las variedades comerciales se han impuesto en un reducido número de variedades, por lo que la conservación de la diversidad genética se hace cada vez más imperiosa. Más aun cuando las semillas transgénicas producto de los estudios en laboratorio, amenazan con irrumpir y contaminar la diversidad genética desarrollada de forma natural, que podría tener como consecuencia el quedar a merced de unas pocas multinacionales productoras de semillas.
Importancia de conservar las especies endémicas
Las especies endémicas, como se sabe, son aquellas únicas de una determinada zona, es decir, que no se encuentran en ningún otro lugar. Este caso es muy común en los archipiélagos y regiones de difícil acceso, como el Continente Antártico, en comparación con otras superficies continentales equivalentes en extensión, precisamente por el aislamiento a que están sometidas las especies. Cuanto menor es el área en que se desarrolla el endemismo, mayor será el riesgo de que las especies que contenga sufran cambios poblacionales, tanto en lo que se refiere a selección natural como a otros efectos indefinidos o aleatorios.
La distribución de los endemismos no suele mantenerse fijo en el tiempo en sus áreas geográficas, especialmente por efecto de las actividades de explotación del hombre. Sin embargo, a la vez que son vulnerables a un efecto perjudicial para sus hábitats, también pueden beneficiarse de medidas de conservación bien proyectadas.
Los archipiélagos y regiones de difícil acceso, como el Continente Antártico, son proclives a albergar especies endémicas al estar favorecidas por el aislamiento geográfico
La importancia de conservar las especies endémicas radica precisamente en que su representación está limitada al lugar que habitan, y en que su desaparición significaría la pérdida de una parte singular de la biodiversidad. Las áreas ricas en endemismos y especialmente si son pequeñas en extensión, son las más importantes para la conservación, pues la pérdida de estas áreas traería consigo la extinción de un gran número de especies. Simplemente, una especie endémica extinguida no podrá ser recuperada nunca más, con lo que eso significa en cuanto al estudio de la biología evolutiva, a la pérdida de diversidad genética, a las posibles conexiones de carácter trófico y a los beneficios que el hombre puede obtener de ella.
No hay que olvidar que los endemismos se producen por efecto de la combinación de evolución y aislamiento físico en un entorno geográfico determinado, los cuales evolucionan con el tiempo hasta la generación de nuevas especies únicas y exclusivas de esa zona. Por ello, al desaparecer el hábitat de los endemismos se estarán extinguiendo especies sencillamente irrepetibles. Un ejemplo de esto lo observamos en la especie endémica de la isla de Madagascar Catharanthus roseus, comúnmente llamada vinca pervinca, de la que se extrae un medicamento utilizado en el tratamiento de la leucemia denominado vincristina; si se hubiera destruido el hábitat de esa planta ahora no estaríamos hablando de este descubrimiento. Afortunadamente, esta utilidad ha favorecido su expansión y ahora ha dejado de ser una especie endémica de Madagascar.