Por Abel Domínguez
El cultivo de la vid (continuación)
Sulfatado y tratamientos
La vid, especialmente en Galicia debido a las condiciones climatológicas, puede sufrir variadas enfermedades, la mayoría de ellas fúngicas, es decir, producidas por hongos. Éstas pueden darse en la superficie de las hojas (ectoparásitos), como el oidio, o en el interior (endoparásitos), como el mildiu. Para combatirlas se utilizan productos distintos, en el primer caso con fungicidas y en el segundo con criptogamicidas.
Oidio
Conocido vulgarmente como «mal blanco», el oidio es el nombre genérico de varios hongos ectoparásitos microscópicos. El que afecta a la vid es el Oidium tuckeri. El micelio de esto hongo se forma sobre las hojas en forma de una red filamentosa blanquecina y pulverulenta. Una característica de los enfermedades fúngicas es la de desarrollarse gracias a la presencia de humedad, sin embargo el oidio tiene la capacidad de superar este inconveniente, e incluso el frío.
Una hoja enferma atacada por oidio (foto Wikimedia Commons)
La exposición soleada de las parras es la prevención más eficaz, junto con un buen riego durante las épocas más calurosas. Cuando no se ha podido evitar la infección, pero sea reciente, podemos aplicar un tratamiento de azufre en polvo, siempre que exista baja humedad y calor, pero no superior a 25º, con objeto de que los gases sulfurosos emanen al oxidarse pero no quemen las hojas. Si las temperaturas son extremas, o existe una alta humedad, entonces es conveniente utilizar un fungicida líquido.
Mildiu
El mildiu es una enfermedad típica de la vid, aunque también se da en otros vegetales, como el trigo, ajo, cebolla, tomate, remolacha, etc. Es fúngica y endoparásita, es decir, producida por un hongo microscópico (el Plasmopara viticola) que se desarrolla en el interior de la planta. Ataca a las hojas, tallo y frutos en presencia de calor y humedad (preferiblemente en forma de lluvia), produciendo esporas sobre las hojas en un periodo de incubación de 15 días formando una pelusa de color claro, y capaces de atacar a los órganos internos, motivo por el que resulta más difícil de combatir que otras enfermedades.
En esta hoja se pueden observar manchas amarillas en las zonas infectadas por mildiu
Como acción preventiva, es conveniente evitar los riegos por aspersión durante la estación veraniega, por ser ésta la más propicia para las infecciones. Como tratamiento preventivo se puede rociar cada dos semanas con un criptogamicida, tal como el caldo bordelés. Si ya hemos sido víctimas de la infección, puede producirse una epidemia que obligue incluso a la quema de las plantas afectadas.
Otras enfermedades de la vid
- Escoriosis
Se trata de una enfermedad que, además de destruir las yemas, produce heridas en las varas de poda. Resulta de difícil eliminación con los sulfatos ordinarios. Se puede realizar un tratamiento preventivo con productos específicos al comienzo de la germinación. - Podredumbre
Es un mal que puede comenzar ya en la fase de pintado de la uva, arruinando la mayoría de la producción o convirtiendo en laborioso el trabajo de eliminar las partes afectadas. Como prevención se puede aplicar un producto específico desde que finaliza la purga o comienza la coloración de la uva hasta tres semanas antes de la vendimia. Normalmente los productos para esta enfermedad se pueden mezclar con otros productos anti-mildiu. - Vermes
La vid puede ser víctima de ácaros o gusanos, que según el caso pueden comer las flores o minar las uvas, las cuales terminan pudriendo por esta causa. Se puede aplicar un primer tratamiento específico al comienzo de la purga, y uno o dos más en los meses de Agosto y Septiembre.
Calendario de tratamientos fúngicos
Existen productos en el mercado que permiten tratar la vid de forma integrada durante una parte del proceso, sin necesidad de utilizar un producto para cada caso. Así, en los primeros tratamientos contra el mildiu y oidio desde que germina la vid hasta que finaliza la purga, pueden utilizarse productos de amplio espectro que, por si solos, son capaces de combatir esas y otras enfermedades. A partir de que finaliza la purga, cuando ya se presenta el denominado «grao de ervella» (grano de guisante), puede utilizarse cualquier producto a base de sulfato de cobre para combatir el mildiu, mezclándolo con otro producto que combata el oidio.
Salvo para casos específicos, los tratamientos contra las enfermedades fúngicas, que son a las que están más expuestas las vides desde el primer momento, deberán seguir el siguiente calendario:
- En Invierno: Proteger contra el mildiu.
- Cuando los brotes ya tengan 10 cm.: Proteger cada 15-20 días contra el mildiu y oidio hasta el final de la purga.
- Cuando finaliza la purga: Proteger contra el mildiu y contra el Oidio, preferentemente con sulfatos de cobre.
Normalmente, en los establecimientos de agro nos indicarán qué productos son los más adecuados para cada periodo y zona.
Tratamientos de invierno
Galicia es una región endémica de enfermedades fúngicas, especialmente el mildiu, por ello es muy conveniente realizar tratamientos de invierno para una mejor conservación de las cepas. Está indicado un primer tratamiento tras la caída de la hoja (en octubre), y un segundo tratamiento después de realizar la poda (entre febrero y marzo).
Fertilizantes
Los viñedos gallegos adolecen de baja fertilización, por ello es conveniente reforzar las cepas regularmente mediante fertilizantes foliares. Se pueden dar tres o cuatro aplicaciones, especialmente durante las fases de mayor crecimiento de las gomadas y uvas. Puede mezclarse con el producto que se utilice para el mildiu.
Después de la fase de purga, en que se comienzan a utilizar los sulfatos de cobre para el mildiu, se puede aprovechar para aplicar alguno con contenido en magnesio, dado que los viñedos gallegos son dados a carecer de este mineral.
Herbicidas
Para combatir las malas hierbas entre las parras puede utilizarse un herbicida que respete las raíces y tallos, y que no deje residuos en el terreno. Estos productos pueden aplicarse tantas veces como aparezcan las hierbas y en cualquier época del año, dando los mejores resultados cuando hay ausencia de sol y alta humedad, preferiblemente desde el otoño hasta mayo. Algunos tipos de herbicidas tienen un un periodo efectivo más largo, lo cual puede ser considerado por el agricultor dependiendo de sus necesidades.