ACTIVIDADES ECOLÓGICAS – COLABORACIONES – ELABORO MI PROPIO VINO Y SUS DERIVADOS – 8ª PARTE

Por Abel Domínguez

El cultivo de la vid (continuación)

Injertado

El injertado es una operación botánica consistente en implantar una rama o yema joven de un vegetal (el injerto), en una hendidura practicada en otro vegetal (el patrón o portainjerto), de forma que los tejidos de ambos entren en contacto y se liguen.

Los objetivos de esta operación pueden ser:

  • Renovar una planta vieja
  • Mantener la vitalidad de una planta en proceso de degradación
  • convertir en fecunda una planta infecunda.
  • Modificar las características del portainjerto, por ejemplo en lo que se refiere a las características de sus frutos o flores, o la resistencia a determinados ambientes.

Un elemento importante para tener éxito en el injertado es que tanto el injerto como el portainjerto sean afines entre sí, es decir, que pertenezcan al mismo género botánico. Por ejemplo, es posible injertar naranjas, limones, pomelos o mandarinas, en un árbol que produzca cualquiera de estos frutos, indistintamente, pues todos ellos pertenecen al mismo género Citrus (cítricos). Sin embargo, no tendríamos éxito si pretendiéramos injertar peras en un nogal, o nueces en un manzano.

Métodos generales de injertado

Los procedimientos para injertar son variados. Los métodos más empleados son:

  • Aproximación: poniendo en contacto zonas sin corteza del injerto y del patrón, por ejemplo el llamado injerto inglés.
  • Corona o coronilla: introduciendo una o más púas de un injerto directamente bajo la corteza del patrón alrededor del tronco. Si se sitúan varias púas terminan formando una especie de corona.
  • Yema o Escudete: introduciendo un injerto con yema y corteza entre el líber y la albura del patrón.
  • Cañutillo: cubriendo el perímetro desnudo del patrón con un injerto en forma de rodete con yema. Se trata de un injertado muy estético, pues si ambos, injerto y portainjerto, son del mismo diámetro, apenas se distingue el lugar donde ha sido realizado.
  • Hendidura o cuña: implantando la púa de un injerto en una hendidura del patrón. En este tipo de injerto se pueden insertar hasta un máximo de cuatro púas en cuña, con objeto de asegurar que al menos brote uno de ellos.

Injertado de la vid

En la vid, y más concretamente en nuestra zona, se utilizan usualmente métodos de injertado por cuña o hendidura, y en menor medida por aproximación (como el injerto inglés). Aunque éste último es un injerto eficaz, el de cuña o hendidura es más socorrido por su simplicidad y rapidez de elaboración. Previamente, antes de proceder al injertado, es preciso disponer de un injerto y un buen patrón, y además saber si ambos son totalmente compatibles.

Como se ha dicho antes, los géneros botánicos de ambos deben ser afines, no obstante, dentro de un mismo género existen variedades que desarrollan mejor que otras. En el caso de la vid, la experiencia y el conocimiento empírico de los mayores del lugar resulta muy útil. Por ejemplo, se ha demostrado que el Pedral no desarrolla bien en el patrón de Jaca, produciendo racimos aislados y poco poblados. Sin embargo, en este patrón crecen muy bien el Negrón y el Picalpollo, entre otras variedades.

  
Injerto de cuña o hendidura

El punto de injertado también es importante. Como norma, es conveniente injertar siempre a raíz de tierra, ya que así se evitará la proliferación de varas ajenas a la variedad injertada. Para ello, se escarba un poco alrededor del patrón y se corta éste a ras del suelo. Después de realizado el injerto y atado convenientemente con rafia, se tapa con tierra formando un cono a su alrededor.

Si no fuera posible realizar el injerto a ras de tierra podemos hacerlo a cualquier altura de la parra, pero en ese caso tendremos que disponer de un recipiente para esta labor. Es útil la mitad de un envase de leche o zumo tipo Tetabrick (también sirve media botella de plástico de 1 a 2 litros), al cual le practicaremos un agujero en su extremo inferior para dar paso al patrón, y rellenaremos con tierra de forma que el injerto quede enterrado en su interior.

En este tipo de injerto hay que tener en cuenta que por debajo de la superficie injertada pueden nacer los llamados «fillos ladróns» (hijos ladrones), los cuales habrá que eliminar nada más broten en la parra.


Herramientas utilizadas en el injertado; de izquierda a derecha: una cesta para el transporte del equipo, un manojo de rafia para el atado, un pequeño sacho para aligerar la tierra en la base del portainjerto, un pequeño mazo de madera para asegurar el injerto, unas tijeras de podar, un rollo de cinta de vinilo (sustituto de la rafia), una navaja de injertar muy bien afilada

Como se ha dicho, el injerto de cuña o hendidura es muy recurrido en la vid. Da buenos resultados si se tienen en cuenta unos cuantos puntos básicos:

  • Es imprescindible contar con una navaja muy bien afilada, y dedicada exclusivamente para esta labor. No se debe introducir nunca la navaja en líquidos calientes para evitar perder su temple.
  • Los cortes del injerto deben ser limpios y lisos, sin rugosidades ni altibajos, y terminados en cuña.
  • La hendidura del patrón debe ser totalmente vertical, practicado en el mismo centro del tronco, y con una profundidad igual al largo de la cuña del injerto.
  • Tanto el injerto como el patrón deben ser del mismo diámetro. En el caso de que los diámetros sean muy diferentes, se pueden utilizar hasta un máximo de cuatro injertos sobre un mismo patrón dispuestos por pares, siempre que cubran totalmente la hendidura abierta. Si son dos injertos se practicará sobre una sola hendidura; si son cuatro injertos se practicará sobre dos hendiduras dispuestas transversalmente (en forma de cruz).
  • El injerto debe ser colocado sobre la hendidura del patrón primero a mano, y después introducido golpeando suavemente la cabeza con un pequeño mazo de madera.
  • Una vez bien introducido el injerto en el patrón hay que sujetar fuertemente el conjunto con rafia en todo su perímetro.

Nota.- Los injertos realizados sobre Riparia (Americana) deben ser vigilados con frecuencia, ya que este tipo de patrón ramifica con gran facilidad. Es normal que se produzcan ramificaciones por debajo de la superficie injertada, e incluso a nivel subterráneo, las cuales deben ser eliminadas si se desea una buena propagación del injerto.


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