Los hidrocarburos vertidos en la mar constituyen un grave peligro para el medio ambiente.
Los recursos amenazados comprenden las áreas ecológicamente importantes, las pesquerías, áreas de destacada belleza natural, instalaciones industriales y las áreas utilizadas para el recreo y el turismo.
Los peligros inmediatos
Un vertido de hidrocarburos puede representar un peligro inmediato al ser causa de daños y mortalidad para pájaros y mamíferos marinos y al ejercer una influencia de toxicidad sobre la vida subacuática.
Un vertido de hidrocarburos supone un peligro inmediato para pájaros y mamíferos marinos
Los hidrocarburos que consiguen disolverse en el agua se dispersan rápidamente hasta alcanzar concentraciones por debajo del nivel de toxicidad aguda, pero pueden ser absorbidos por los organismos y afectar a su fisiología, comportamiento, potencial reproductivo y supervivencia.
Los hidrocarburos pueden también llegar hasta el sedimento, donde pueden persistir durante muchos años y afectar a los organismos que viven en el lecho marino y sus proximidades (bentos).
Actividad en aguas costeras
Cuando un hidrocarburo llega a aguas costeras y comienza a depositarse en la orilla, su potencial de causar daños es mucho mayor. Si el vertido ocurre en un estuario o entra en él por la corriente, viento, etc., se pueden plantear problemas particulares debido a las aguas someras, la alta cantidad de sedimentos en el agua, que puede absorber los hidrocarburos, y la presencia de bancos de fango vulnerables y de marismas de agua salada. En los archipiélagos y zonas húmedas los vertidos dan lugar, por lo general, a muy altos costes de lucha contra la contaminación y medidas de limpieza.
Cuando el hidrocarburo alcanza aguas costeras potencia su capacidad de causar daños
En zonas bajas inundables por las mareas, los vertidos de hidrocarburos pueden dar lugar a daños a corto y a largo plazo, que conducen a la muerte de un gran número de organismos bentónicos y al deterioro del hábitat. La disminución de la cantidad de alimento (organismos bentónicos) y los cambios en la composición del mismo pueden pueden tener efectos sobre el tamaño de la población de peces, crustáceos, aves y mamíferos marinos.
Hay diferentes períodos de peligro para cada uno de los grupos de organismos, tal como la primavera para las aves que están criando y para las larvas de peces; el verano para los organismos bentónicos y mamíferos, y el invierno para las aves migratorias que invernen en el área afectada.