El ciclo hidrológico es una serie de sucesivas transformaciones del estado físico del agua que se produce en la naturaleza.
El agua no es un elemento estático, sino que sufre un continuo trasvase recíproco entre continentes y océanos dentro de la hidrosfera.
La hidrosfera
La hidrosfera es la capa discontinua de agua que cubre las tres cuartas partes de la superficie de la Tierra. El agua en la hidrosfera puede presentarse en sus tres estados: sólida, líquida y gaseosa, y es en los océanos donde se encuentra la mayor parte (alrededor del 97%); el resto (algo menos del 3%) se encuentra en los continentes formando ríos, lagos, aguas subterráneas, glaciares, y una mínima cantidad en forma de vapor de agua en la atmósfera y biosfera.
El proceso
Ilustración del ciclo del agua en la hidrosfera
El proceso del ciclo hidrológico comienza con la energía que se recibe del Sol. Los continentes y océanos pierden agua por evaporación, pasando ese vapor de agua a la atmósfera y condensándose en forma de nubes. La saturación del vapor del agua en las nubes conduce a las precipitaciones, las cuales se manifiestan en forma de lluvia, nieve o granizo, que alcanzan de nuevo los continentes y por tanto los ríos y océanos.
Del total de agua de las precipitaciones, un parte circula por la superficie, otra se evapora, y una tercera se infiltra en la tierra para formar el caudal basal, es decir, las aguas subterráneas que alimentan los caudales de los ríos cuando cesan las precipitaciones.
Una pequeña parte del agua llega a la atmósfera en forma de vapor de agua. Además de los ríos, también aportan al ciclo los lagos, aguas costeras, e incluso algunas erupciones volcánicas.
Las aguas que tienen su destino en las corrientes subterráneas procedentes de la lluvia, se infiltran por gravedad a través de los huecos hasta una profundidad límite, en la cual los poros rocosos están tan anegados o saturados que el agua no puede penetrar más. En el subsuelo se forman entonces dos zonas: una profunda (saturada) y otra llamada de aireación o vadosa (no saturada).En la zona de aireación se producen fenómenos de transpiración, por una lado debido a las raíces de las plantas, y por otro a causa del ascenso del agua por capilaridad desde la zona saturada hacia la superficie.
Nivel freático
A la superficie que separa la zona saturada de la zona de aireación se le denomina nivel hidrostático o nivel freático. Dependiendo del volumen de precipitación y evacuación del agua, este nivel puede variar a lo largo del tiempo. Cuando ese nivel freático se aproxima a la superficie horizontal del terreno, origina zonas encharcadas o pantanosas, convirtiéndose en manantiales si aflora por un corte en el terreno.
Se forma un manantial cuando el nivel freático se
aproxima a la superficie a través de un corte en el terreno.
El nivel freático puede permanecer permanentemente a gran profundidad, dependiendo de las características climatológicas de la región, por ejemplo en los desiertos, en los cuales solamente salen a la superficie cuando existe un desnivel topográfico formando los oasis.
Cuando las aguas consiguen asomar a la superficie, sea por capilaridad, presión, etc., pueden quedar bajo los efectos de la energía del Sol, y por tanto seguirán de nuevo el ciclo hidrológico en otro estado físico.