Natureduca - Portal educativo de ciencia y cultura |
Tecnología
HISTORIA TECNOLÓGICA
Prehistoria y Edad Antigua - 1ª parte
La tecnología prehistórica
os primeros inventos tecnológicos datados construidos por el hombre se remontan a la Prehistoria, más de 200.000 años atrás. Se trata de herramientas y armas fabricadas en piedra, tales como hachas, encontrados en Europa, África y Asia del este. La datación de estos instrumentos marcó el comienzo de la Edad de piedra.
Se atribuye a cazadores y nómadas la utilización de las primeras herramientas de piedra sin tallar. Éstos aprovechan las aristas afiladas de determinadas piedras a modo de cuchillos para cortar los alimentos y realizar otras labores cotidianas. Hace unos 100.000 años los primeros homínidos, de los que evolucionaría el hombre moderno, ya habían conseguido crear herramientas que servían para fabricar otras herramientas. En cuevas de estos ancestros se han descubierto variados utensilios de piedra: hachas, cuchillos, recipientes, etc., indicativo de la naturaleza humana de aquellos seres, pues, aunque existen algunos animales irracionales que son capaces de utilizar herramientas, sólo la especie humana es capaz de diseñarlas y crearlas.
La creación y el control del fuego fue el siguiente paso en el proceso tecnológico del hombre primitivo. Se estiman cuatro etapas: en la primera el hombre observó las fuentes naturales del fuego, tales como los volcanes o los árboles que ardían por acción de los rayos. En una segunda etapa aprendió a obtener el fuego de esas fuentes naturales y a emplearlo para calentarse, iluminar o protegerse de los depredadores.
En una primera etapa el
hombre primitivo observó las fuentes naturales del fuego, como los
volcanes
En la tercera etapa consiguió hacer fuego cada vez que lo necesitaba. Finalmente, llegó a controlar el fuego y utilizarlo para la fundición de metales y cocción de recipientes cerámicos, además de otras muchas aplicaciones que le permitieron disfrutar de una vida más confortable. Probablemente, la creación del fuego y su control, junto con la agricultura, fue un factor determinante en el desarrollo de las poblaciones estables y de las instituciones sociales y políticas, poniendo fin al nomadismo.
En una cuarta etapa el
hombre consiguió controlar el fuego y utilizarlo para variadas
aplicaciones, como la fundición de metales
El hombre primitivo no sólo utilizó su ingenio par la fabricación de herramientas prácticas, también experimentó sobre la obtención de pigmentos para aplicarlos sobre el cuerpo, vestimentas, utensilios, etc., reduciendo a polvo determinados minerales, como la azurita y la malaquita, que aportaban colores azules y verdes, respectivamente. De estas prácticas también nacieron los ornamentos que dieron lugar a las primeras manifestaciones artísticas de la joyería, como trozos de cobre, cuarzos y otros materiales vistosos o maleables.
De la experiencia empírica en el uso del fuego y los minerales, los pueblos de la antigüedad aprendieron a reducir la tensión del metal, sometiéndolo al fuego y forjándolo. Hacia el año 3.000 a.C. se realizó un descubrimiento que daría lugar a un periodo histórico: la Edad de bronce, cuando se constató que la aleación de estaño y cobre resultaba mucho más maleable que el cobre por sí solo, proporcionando mejores cualidades a los objetos que requerían aristas, tales como las espadas y herramientas de corte. En la Edad del bronce el punto más valioso en depósitos de cobre se encontraba en Knósos (isla de Creta); con el desarrollo de la navegación marítima este lugar se convirtió en un centro minero de importancia estratégica, aunque existían otros depósitos en Siria y Turquía pero de menor interés en cuanto a su volumen.